martes, 14 de agosto de 2007

La promiscuidad del aval Liberal


POR: Álvaro Jesús Urbano Rojas

Cierto día entraron en disputa los pájaros y los ratones por el dominio de un maizal. La lucha fue sin tregua, pues cada uno se consideraba con el legítimo derecho de usufructuar los granos de la parcela.

Ante el apremio del conflicto cada bando buscó el aval de los murciélagos, como aliados para ganar la contienda; los pájaros con el argumento que ellos compartían el cielo pues eran especies aéreas y además en el terreno los intereses eran diferentes: Los pájaros pretendían el grano y los murciélagos los insectos. Otro tanto hicieron los ratones, ellos esgrimieron que si bien no volaban, los murciélagos tenían cuerpo y pelaje de ratón, por lo que su afinidad era innegable.

Los murciélagos citaron a concilio para definir el aval y como no encontraron argumentos de fondo para dirimir el conflicto, decidieron ‘lavarse las manos’ dejando en libertad a sus congéneres para apoyar a quien a titulo personal les generara simpatía. La batalla fue cruenta, al punto que el bando ganador en un gesto de generosidad entregó parte del maíz al perdedor. Los murciélagos llevaron la peor parte, por su falta de definición fueron exterminados, pues los pájaros los atacaron pensando que eran ratones y los ratones los atacaron creyendo que eran pájaros.

Cualquier parecido con la realidad no es coinciden­cia. La falta de habilidad política del Director Nacional del partido Liberal: Cesar Ga­viria Trujillo, traerá consecuencias imprevisibles para el futuro de esa colectividad en varios departamentos de la patria. Cuando las directivas políticas del ámbito nacional, no son consecuente con las reglas de juego y no se respeta la voluntad de las mayorías, se corre el riesgo de asumir peligrosamente posiciones neutrales, que no sólo afectan las aspiraciones de los candidatos a ejercer los cargos de dirección en las entidades territoriales, sino que son lesivas para la restauración Liberal, pues esa dubitación, esa falta de autoridad, traerá como consecuencia la derrota del partido en el Cauca. Cuando se toman decisiones ambiguas para quedar bien con las partes en conflicto, desconociendo en equidad y justicia legítimos derechos, se corre el riesgo de terminar lesionando a las dos partes, por causa de esa extemporánea y “pilatesca” definición en el tema del aval por lo que se puede afirmar que Dirección Nacional del partido Liberal de árbitro pasará a ser el verdugo del Liberalismo local.

Guardada proporción, lo del expresidente Gaviria es parecido a lo que hizo el hombre que sorprendió a la mujer con el amante y para salvar la desavenencia, reconoció en público la legitimidad del matrimonio y para sorpresa de todos, le concedió el aval a su esposa para seguir haciendo vida marital con el amante. En conclusión fue un cornudo civilizado, legitimó la infidelidad de la esposa y quedó como un ‘príncipe’ (léase pendejo) con el amante.

Un aval otorgado en tales condiciones no legitima, por el contrario desprestigia, pues parece más un premio de consolación que un apoyo oficial e irrestricto del partido que otorga el aval, pues al tiempo que otorga el aval deja a sus mayorías en libertad para votar por el candidato que por causa de las trapisondas, maquinaciones y leguleyadas de sus opositores le fue denegado tal derecho.

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