Horacio Dorado Gómez
Buenos vientos en Polindara
A escasos veinte kilómetros de la capital caucana, entre peñascos, morros y grandes rocas se erige una bella región a donde por primera vez en la historia llega un candidato a la gobernación del Cauca.
Con buenos vientos y un sol radiante cientos de campesinos e indígenas dirigidos por el gobernador del resguardo recibieron con vítores y aplausos al candidato Guillermo Alberto González Mosquera.
Es un hermoso paraje incrustado en pleno corazón de la cordillera oriental, habitado por gentes deseosas de convertir a esa zona en ejemplo para su raza. Esa estirpe de piel curtida por los fríos vientos de la región, de color y olor a naturaleza, luchan por el desarrollo de la madre tierra que los vio nacer. Allí enclavados en medio de esa cadena de montes entonaron el Himno colombiano para recibir al candidato de su predilección porque saben y conocen de sus ejecutorias en su tránsito por la vida pública y privada. Revelador el poder de convocatoria del gobernador indígena, como el del candidato a la gobernación del Cauca por la concurrencia de cientos de auténticos líderes de un sinnúmero de veredas que se dio cita en un día hábil y en horas de plena labor. Quienes hicieron uso de la palabra reconocieron de qué manera fueron ayudados por el Ingeniero González Mosquera cuando ocupó con decoro la Gerencia de la Caja Agraria, desde donde impulsó la reforma agraria. Muchos de los favorecidos en emotivas palabras le agradecieron sus valiosas gestiones para la obtención de las tierras que hoy ocupan.
Con gran sentido de la oratoria uno a uno en representación de sus veredas, indígenas y campesinos, expusieron las necesidades más apremiantes las que en forma meticulosa fueron registradas en la agenda del candidato, quien les respondió con precisión y en coherencia a su programa de gobierno, en temas: agropecuario, educación, salud, desnutrición, infraestructura, agua, etc. La nota cultural, religiosa y sentimental, fue sin lugar a dudas la visita a la Capilla en donde conservan 24 pinturas del siglo XVIII de autor anónimo, pero de gran valor artístico sagrado y de origen Quiteño que bien podrían servir para incluir en una ruta turística-religiosa en temporada de Semana Santa. Se notó la sensibilidad del Dr. González Mosquera al recordar que una tía suya vistió el hábito de las Hermanas Lauras de quien dijeron recordar por su espiritualidad y servicio a la comunidad indígena.
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