martes, 2 de octubre de 2007

EL VOTO INTELIGENTE

POR: CÉSAR ALVEIRO TRUJILLO SOLARTE

El voto no debe ser concebido como algo voluntario sino como una obligación social. Más que un simple derecho que nos da la Constitución política y la democracia es una función cívica que concierne a todas las personas de la sociedad por el simple hecho de pertenecer a ella y por ello las razones de algunas personas para no votar no son suficientes.
Así como se pagan los impuestos, de igual forma se debe partici­par en decidir quién, cómo y en qué se gastan; pero dado que todos no pueden gobernar, es necesario delegar ese poder de decisión a través del voto. Está escrito que la nuestra, es una democracia representati­va y participativa, donde elegimos unas perso­nas para que representen los intereses generales y los conviertan en deci­siones públicas que afectan a todos, votantes y abstencionistas.
Deberíamos preguntarnos: ¿Dejaría Usted que otra persona gaste su dinero?, ¿dejaría su dinero en manos de alguien de dudosa reputación o que se haya beneficiado con lo que no le pertenece? Los hechos nos demuestran cuántas veces los colombianos, caucanos y payaneses por nacimiento o adopción nos hemos equi­vocado en la elección de los administradores del erario público, lo grave es que “el pueblo que no es consciente de su historia esta condenado a repetirla”, de ahí la importancia de saber elegir, de seleccionar a los mejores, los mas aptos, capaces y honestos representantes del pueblo.
Evaluar a un candidato, una propuesta o un programa de gobierno, debe ser una tarea de todos y cada uno de los colombianos, para de esta manera no seguir repitiendo la triste historia de elegir personas de quienes más tarde tengamos que arrepentirnos.
Aparte de las calidades exigidas por las leyes para aspirar a cargos de elección popular el elector debe tomar criterios adicio­nales que garanticen la selección del mejor. El voto inteligente implica un mayor esfuerzo intelectual, que los ciudadanos conscientes debemos estar dispuestos a aportar.
Dar con el candidato de mayores calidades humanas no garantiza la mejor elección; la mejor hoja de vida por si sola no implica las mejores propuestas ni el compromiso de llevarlas a la práctica, luego la evaluación del candidato debe estar ligada a su propuesta.
Es posible encontrar el mejor candidato y la mejor propuesta no solo por la sim­ple intuición, o por las encuestas, si no mediante justificaciones racionales. Esto implica un mayor esfuerzo por informarnos de los aspectos a evaluar, pues cada candidato publica lo más conveniente para su campaña y sus aspectos negativos los disimula o los esconde. Por eso es necesario acceder a información de varias fuentes y desconfiar de muchas cosas que se dice en los medios.
Mi propuesta para Popayán y el Cauca es que antes de elegir Ediles, Concejales, Alcaldes, Diputados y Gobernador desarrollemos una conciencia ciudadana con criterios que respondan al interés general, analicemos las calidades de los candidatos, sus propuestas y prioridades, el grupo que los rodea, con quienes gobernarán, quienes los financian y en consecuencia a que intereses verdaderamente representan.

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